¿Cómo evitar el "drama" y sus efectos nocivos para la salud en tu vida?
El drama es una fuente de stress para el cuerpo, tal como lo es el exceso de trabajo, la falta de sueño, los malos hábitos alimenticios o un estilo de vida desordenado. Leiste bien: una reina del drama también se enferma.
El "tomarse la vida con drama" no solamente es una actuación - o manipulación - de sentimientos y hechos, sino una traición a la salud. Después de todo, el cuerpo no sabe si los gritos, la histeria, la neurosis, la manipulación, el dramatismo, las lágrimas y las constantes quejas son verdad o no. La fisiología y la química del cuerpo simplemente responden a los estímulos. Luego viene la generación constante de stress, alterando el estado de ánimo con tendencia a volverse un hábito que hace que la vida con una “drama queen/king” sea insoportable, y creando las condiciones ideales en el cuerpo para crear enfermedades como hipertensión, cefalea, fatiga mental y física, insomnio, diabetes, etc.
La pérdida de la paz va más allá de una escena dramática o momentos de ira. El cuerpo lo absorbe todo, el problema es que no necesariamente lo desecha todo. Si no tenemos cuidado, vivimos absorbiendo drama sin poder filtrarlo y limpiar nuestro “ram” mental y físico. Resultamos con cuerpos contaminados de stress que no funcionan adecuadamente, perdemos el equilibrio y enfermamos. Vivimos en un mundo que nos bombardea con estímulos, y nosotros necesitamos herramientas que nos permitan saber que dejamos pasar y lo que dejamos fuera.
Te compartimos 10 prácticas para evitar engancharte en situaciones dramáticas que pueden dañar tu salud:
1. Limita el contacto con personas que son la fuente del drama o con quienes tu comportamiento tiende a actuar de manera dramática. Si es necesario, sal de la habitación, corta la llamada o simplemente detente.
2. Limita el contacto con las fuentes de información que tienden a agudizar, polarizar o distorsionar la verdad y transformarla en drama. Los medios de comunicación utilizan lenguaje que magnifica los hechos y exponerte a este contenido desgasta tu paz mental.
3. Limita las conversaciones (contigo mismo y los demás) que especulan sobre la realidad de las cosas. En lugar de eso, procura ser más asertivo en tu comunicación, preguntar cuando no entiendes algo y no sacar conclusiones sin tener la información completa. Se impecable con tu palabra, no especules ni inventes historias en tu mente. Recuerda que lo que otros hacen o dicen no es tu responsabilidad, solamente cómo tú reaccionas ante eso. Antes de asumir algo, pregunta. Nada es personal, aunque lo parezca. Cada quien actúa desde su propio sistema de creencias (y miedos).
4. Toma suficiente agua. Un cerebro deshidratado está siempre siente que está bajo amenaza o limitación. Además, la capacidad congestiva se reduce sensiblemente, impidiéndote “pensar con claridad”.
5. Realiza ejercicios de autoregulación de la respiración y el ritmo cardíaco. Camina, idealmente hacia un ambiente natural o donde haya agua corriendo. Abraza un árbol o camina descalzo sobre la grama. Ponte en contacto con la naturaleza… y respira lentamente, dejando que al mismo tiempo tu ritmo cardíaco sea regulado y recupere el ritmo normal.
6. Practica el estar aquí y ahora, con ejercicios de grounding. Presta atención a cada una de las partes de tu cuerpo, lentamente desde los dedos de los pies, subiendo por las piernas, abdomen, brazos, pecho, cuello, cabeza, cara,… intenta escuchar los latidos de tu corazón. Imagina que de tus pies salen raíces que van conectándote a la tierra y que recibes energía y fortaleza desde el centro mismo.
7. Evita el uso de tabaco y alcohol como escape de las emociones no agradables. Utiliza técnicas como el EFT o frases de sanación para limpliar la energía "densa" que se acumula cuando entras en drama. Los ataques de ansiedad pueden ser detonados por la interacción de los químicos en el tabaco, café, alcohol y otras bebidas. Cultiva el arte de estar en paz por tus propios esfuerzos y no por agentes externos que solo enmascaran las emociones.
8. Cuando estés en crisis, es mejor contar con un buen amigo que te escuche sin juzgarte o un terapeuta con quien puedas hacer un diálogo socrático. No ignores tus emociones, pero tampoco te enganches pensando que es el fin del mundo. Esto… también pasará. Busca ayuda y habla de lo que sientes. Comprométete a asumir la responsabilidad sobre tu vida, y no busques culpables. Nunca funciona. Al menos no a largo plazo.
9. Recuerda que todo lo que sucede a tu alrededor es como es y tu interpretación al respecto es lo que lo hace "bueno o malo" y por lo tanto una fuente de stress para tí, de acuerdo a tu sistema de creencias. No esperes que otros tengan tu mismo sistema de creencias. Vive y deja vivir. Nadie es tu responsabilidad. No estás en el mundo para salvar a nadie. Empieza por ti. Cambia tú y el mundo cambiará a tu alrededor. Así de simple.
10. Cuando estés cayendo en o creando un episodio de crisis, tómate una pausa y relaja tu cuerpo, buscando concentrar tu atención en tu respiración para recuperar el equilibrio y la claridad mental. Recuerda que siempre puedes preguntar ¿Es esto real o solamente una interpretación errada de mi parte? ¿Qué debo ver acá que necesita ser sanado? Coloca tu mano derecha en sobre tu corazón y pídele que se calme. Los órganos del cuerpo escuchan… más de lo que tú crees.
Por una vida saludable y libre de más drama del necesario.
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